Los hombres no están libres de sufrir problemas en el ámbito de la sexualidad. Pese a ello, todo lo relacionado con ello parece haberse convertido en un tabú para muchas personas. Se calcula que alrededor del 35% de los hombres sufren o han sufrido problemas relacionados con la sexualidad.
A pesar de ello, son muy pocos los que se atreven a dar el paso, reconocer el problema y acudir a un médico especialista en estas cuestiones. Pero también hay que tener en cuenta de que existen varios especialistas que pueden tratar estos problemas. En concreto, los hombres puede acudir a un sexólogo y a un urólogo. Pero, ¿sabemos cuál es la diferencia entre ambos?
Sexólogo y urólogo
En ocasiones, hay problemas relacionados con la vida sexual que tienen un origen que se puede determinar centrándose en la salud sexual. Esto quiere decir que pueden existir motivos de origen psicologico o físico, que están relacionados con las relaciones de pareja.
Ante este tipo de situaciones, el sexólogo puede servir de ayuda y aportar un diagnóstico acertado. El sexólogo se encarga de tratar estos problemas relacionados con la vida sexual. La falta de deseo; problemas de disfunción eréctil que puede explicarse por situaciones de estrés, nervios o desarreglos físicos; incapacidad de mantener la erección o la eyaculación precoz o retardada, entre otras cosas.
Para tratar todas estas cuestiones, el sexólogo está capacitado para diagnosticar el problema y ayudar a la resolución del problema con un tratamiento centrado en estos. No es ningún demérito acudir al sexólogo, ya que se trata de un (o una) especialista que se encarga de este tipo de asuntos y que está especializado para hacer frente a estos problemas relacionados con la sexualidad, tanto femenina como masculina.
La labor del o de la sexóloga es diagnosticar este tipo de situaciones y establecer un tratamiento, habitualmente de carácter psicológico o conductual para resolverlas.
El urólogo, en cambio, es un especialista que se encarga de la salud del aparato urinario. Esto quiere decir que también puede tratar tanto a hombres como mujeres. Normalmente, se encarga de patologías relacionadas con estas cuestiones.
Además, el urólogo suele ser andrólogo, es decir, conoce el aparato reproductor masculino y puede tratar las patologías asociadas al mismo. Puede diagnosticar patologías que afecten de manera física a este, como problemas de erección relacionados con enfermedades, el flujo de sangre en los cuerpos cavernosos del pene y otros que tengan que ver, por ejemplo, por la edad.
En general, se pueden distinguir porque el urólogo se encarga de las patologías físicas relacionadas con el aparato reproductor masculino, mientras que el sexólogo se centrará en problemas conductuales o psicológicos que impidan tener una vida sexual plena y sin complicaciones.
De todas maneras, es importante saber que no se ha de dejar de visitar al médico de atención primaria cuando existe un problema relacionado con la salud sexual. Este se encargará de ofrecer un primer diagnóstico y derivar hacia el profesional adecuado para cada situación. No hay que sentirse mal por acudir al médico, ya que se trata de un asunto de salud y hay que tratarlo siempre de la manera más adecuada.
